martes, 28 de julio de 2020

Encuentro N°14 - 1° Año PAPÁS

Encuentro N°14
 (Encuentro N°17 y 18 del libro)

Jesús nos enseña a amar y a hacerlo en familia

    1)    BIENVENIDA

OBJETIVO: Asumir el Mandamiento Nuevo del amor fraterno que Jesús nos dejó y mejorar nuestra relación de amor en la familia

ORACIÓN INICIAL


   2)    MIREMOS NUESTRA VIDA

Los invitamos a observar las siguientes imágenes de una niñita pobre y de Monseñor Angelelli, Obispo de nuestro país ampliamente conocido y admirado por su amor entrañable hacia los más pobres y necesitados que ofrendó su vida por ellos. Veía a Jesús en cuantos sufrían. De allí su honda preocupación por cuidarlos. 


Ahora respondamos las siguientes preguntas

         ·         ¿Qué le sugieren estas fotos?
b       ·         ¿Cómo manifestó el Obispo Angelelli su amor a Cristo?
b       ·         ¿Hasta qué punto somos nosotros capaces de amar?

Observemos las siguientes imágenes y luego respondamos


         ·         ¿Qué pensamos de estos dibujos
         ·         ¿Qué suele estropear el amor en la pareja?
        ·         La rutina diaria ¿enfría el amor de los esposos?
         ·         ¿Cómo nos ayuda Jesús a querernos siempre más?

Reflexión: Jesucristo nos propone un Nuevo Mandamiento: el de amar sin medida a todos por igual. Esto, como se verá en el transcurso del encuentro, es una manera original de vivir la vida. Nos hemos reunido durante estos meses para profundizar nuestra fe y nuestros compromisos cristianos. Conviene detenernos hoy a mirar como anda el  amor en la pareja. También es bueno revisar si la participación en la catequesis familiar ha ayudado a mejorar y a hacer crecer el amor de la pareja

   3)    DIOS ILUMINA NUESTRA VIDA

Los invitamos a leer Lucas 10, 25-37, luego respondamos y reflexionemos

         ·         ¿Qué pensar de la actitud del sacerdote judío y del levita?
         ·         ¿Qué gestos del buen samaritano nos sorprenden más?
         ·         Luego de leer este relato, ¿qué cambios de actitud espera Jesús de nosotros?

Reflexión: El amor que Jesús quiere promover en sus discípulos es muchísimo más que una simple simpatía instintiva hacia nuestros seres queridos. Plantea serias exigencias. Supone una decisiva renuncia al propio Yo. Los discípulos de Jesús, sobre todo los Apóstoles, aprendieron directamente de Jesús como amar. Ellos no se contentaron con imitarlo. Son abundantes sus escritos en los cuales llaman a todos los discípulos a amar como Jesús. No hay conversión auténtica a Jesucristo si no se cumple el Mandamiento nuevo del amor fraterno universal. De hecho, a lo largo de toda la Biblia, el mandamiento del amor a Dios aparece siempre unido al mandamiento del amor al prójimo. Descubrir a Jesús en las páginas del Evangelio lleva a descubrirlo en las personas que nos rodean.

Los invitamos ahora a leer Efesios 5, 25-33 y luego responder

         ·         ¿Qué pensamos de estas enseñanzas?
·         ¿Sentimos que vamos creciendo en el amor o estamos estancados como pareja?
         ·         ¿Buscamos el apoyo de Dios para mejorar nuestro amor de pareja?

Reflexión: El primer objeto de nuestro amor debe ser nuestro propio cónyuge. En el amor de pareja, el cónyuge es el primer prójimo porque es la persona que está más cerca y porque la ha elegido para hacerla feliz con su amor: Mi amado es para mí, y yo para mi amado. San Pablo insiste que la pareja se ame como Jesucristo amó a su Iglesia: fiel hasta la muerte. Es indispensable cuidar el amor. Hay que vivir para el otro y solucionar los problemas que surjan con el esfuerzo de los 2. Dios quiere que entre los esposos exista siempre una alianza de amor y que esta se alimente durante toda la vida. Entre los esposos cristianos el matrimonio es un Sacramento; Jesús se hace presente en su amor, lo impulsa de manera especial para que ellos se amen de todo corazón. El amor al que la pareja está llamada es un amor total y para siempre. El compromiso que la pareja adquiere, cuando se casa, es amarse toda la vida, protegerse el uno al otro, ayudarse tanto en los días felices como en los días tristes, en la salud y en la enfermedad. Esto es el amor. Todo esfuerzo humano es imposible sin la ayuda del Espíritu Santo. Así los esposos deben rezar juntos con humildad y encomendarse a la Santísima Virgen María. La familia que reza unida, permanece unida

   4)    RESPONDEMOS AL DIOS DE LA VIDA

   ·         Compromiso: Leer junto a sus hijos Lucas 6, 27-38, comprometerse a realizar juntos una actividad a favor de los más necesitados por amor y animar a sus hijos para que colaboren en la casa y así puedan disponer de un momento para conversar con sus padres. Enseñarles que Jesús todo lo hizo por amor, que Jesús dijo a sus seguidores que se debían distinguir porque se amaban unos a otros, como Él nos amó, que Jesús amo a todos por igual, hasta a sus enemigos, que amar, como nos pide Jesús, no es fácil, que así como hay personas que no aman, también existen personas que hacen la voluntad de Jesús, que tenemos que amar, como Jesús quiere, en todas partes y a todas las personas; comenzando por nuestro hogar, a nuestros vecinos, compañeros, profesores, etcétera, que tratemos esta semana de demostrar amor entre nosotros, ayudándonos, evitando las peleas, conversando un rato cada día, que en la familia debe existir mucho amor y que cuando falta uno de los 2, o el papá o la mamá, uno de los padres tiene que hacer el trabajo de los 2

         ·         Oración final
Señor, enséñame a no contentarme
con amar a los míos.
Enséñame a pensar en todos los demás;
a amar a aquellos que nadie ama.
Haz que sienta el sufrimiento de los demás.
Dame la gracia de comprender
que en cada minuto de mi vida,
tan feliz y protegida por ti,
hay millones de seres que son
hermanos míos, y que mueren de frío
y de miseria sin haberlo merecido.
Ten piedad de todos los
pobres del mundo.
Perdónanos por haberlos olvidado.
No permitas que pretenda
ser feliz únicamente para mí.
Dame la angustia de la miseria
del mundo.
Que mi oración y mi trabajo
de hoy ayuden a que
la angustia y la miseria disminuyan
y que mi corazón se abra
al amor verdadero
Amén












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