Encuentro N°18
(Encuentro N°22 del libro)
Jesús nos libera de la idolatría del dinero
1) BIENVENIDA
Objetivo: aprender de Jesús a valorar más a las personas que a las cosas
Oración inicial:
2) MIREMOS NUESTRA VIDA
Observemos las siguientes imágenes y luego respondamos:
¿Somos atraídos en exceso por estas cosas? ¿En qué se nota?
¿Conocemos personas que por dinero destruyen salud, familia, amistades?
¿Cuál es el justo lugar del dinero en la vida?
Reflexión: El consumismo es uno de los peores males que afectan a la sociedad. El consumismo es un afán desmedido por tener cosas que hace que uno valore más a la gente por lo que tiene que por lo que es. No nos reconocemos todos iguales. Esto confunde a los pobres y, mediante la publicidad, los hace comprar cosas que no necesitan, dejando de lado las verdaderamente necesarias. Esto constituye un grave mal. Este afán de riquezas produce muchos males, sobre todo las desigualdades sociales. La Biblia nos muestra que la codicia es contraria al amor al prójimo, ya que el lujo de unos es un insulto para los más pobres; la avaricia, la ambición, el consumir más y más son, también, contrarios al amor de Dios. Cristo y su Iglesia nos llaman a compartir los bienes y a tener un corazón libre. El Papa Pablo VI señala: La adquisición de los bienes materiales puede conducir a la codicia, al deseo de tener cada vez más y a la tentación de aumentar el propio poder. La avaricia de las personas, de las familias y de las naciones puede apoderarse lo mismo de los más desprovistos que de los más ricos, y suscitar en los unos y los otros un materialismo sofocante. El pecado es la raíz de todas las injusticias, y a su vez los afectados por ellas suelen caer en otros pecados. Son un gran pecado tanto las injusticias sociales como las desigualdades que son un insulto a los más pobres. Jesús fue todo lo contrario al afán de riquezas. Jesús siendo rico se hizo pobre y nos invita a todos a renunciar a la riqueza que puede ser una trampa mortal para nosotros. Necesitamos, con la gracia de Dios, un corazón nuevo, libre del afán del dinero, generoso para compartir y buscador de la justicia
3) DIOS ILUMINA NUESTRA VIDA
Lc 19, 1-10
Reflexión: La lectura de hoy hace una mención especial al dinero y a la transformación.
Jesús atravesaba la ciudad de Jericó, Zaqueo, un hombre rico, pero de baja estatura, quiere ver a Jesús, para ello se sube a un árbol. ¿Por qué querrá ver a Jesús un hombre que aparentemente tiene de todo? ¿Sentirá en su interior que algo le falta? Jesús que conoce nuestras necesidades, ve a Zaqueo y le dice que baje. Jesús sabe lo que Zaqueo necesita. Zaqueo baja y se encuentra con el Maestro. El encuentro con Jesús hace que Zaqueo se transforme, que sienta lo que es la felicidad, la cercanía, la acogida y el amor. Desde ese momento movido por su fe en Jesús su vida da un giro, un cambio, a partir de ahora el dinero no será lo más importante en su vida, sino el amor al Maestro. Desde ese momento practica la honradez con las demás personas a las que devuelve el dinero que antes les cobro en demasía. El dinero es necesario para el sustento, pero no podemos hacer de él un dios, porque Dios sólo hay uno. No cerremos la puerta a la salvación, cambiemos nuestra forma de vida, aumentemos nuestra fe en Cristo y como Zaqueo dejémonos transformar, porque Jesús también nos busca a nosotros igual que buscó a Zaqueo.
4) RESPONDEMOS AL DIOS DE LA VIDA
Compromiso:
Leer la cita bíblica de Lucas 19, 1 - 10 junto a los chicos y luego observar el siguiente video:
https://www.youtube.com/watch?v=9Pe7SM98KfE
Luego de esto reflexionar sobre las personas que consideran el dinero como lo más importante de sus vidas, las personas que se preocupan tanto por trabajar y ganar mucho dinero que terminan descuidando a sus familias y comentar sobre lo que Jesús nos enseña en esta cita que es que hay cosas mucho más importantes que el dinero y que tenemos que aprender a usar bien el dinero
Oración final:
En estos tiempos en que los medios de comunicación social nos muestran “tantas calamidades, tantas injusticias”, que tienen que ver de modo especial con los niños, elevemos una oración “fuerte” a Dios, a fin de que convierta el corazón de los hombres: para que conozcan al Señor y “no adoren al dios dinero”. Para eso recemos un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria
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