Encuentro N°9
Jesús hombre verdadero,
Jesús hijo de Dios
(Encuentro N°12 y 13 del libro)
1)
BIENVENIDA
- Oración: Invocamos al Espíritu Santo
2)
MIREMOS NUESTRA VIDA
Los invitamos
a que lean la siguiente opinión y luego respondan:
Opina
una señora: Por
primera vez en mi vida me di cuenta de que Jesús y mi marido han tenido la
misma profesión: la de carpintero. Yo, antes, siempre me había imaginado a
Jesús como un rey, distante. Ahora lo siento tanto más cerca.
- ¿Les
llama la atención la sorpresa de esta señora?
- ¿Qué
impresión nos causa a nosotros saber que Jesús, el salvador del mundo, trabajó
como carpintero?
- ¿Qué
sabemos de la vida de Jesús?
Reflexionamos: Hoy queremos destacar la condición
humana de Jesús. Es fundamental tener presente que nuestro salvador
es un ser humano como nosotros, salvo en el pecado. No olvidemos que muchos se
imaginan a Jesús como un ser celestial que nada tiene que ver con este mundo.
Debemos conocer a Jesús tal como fue: un hombre que sintió compasión, amargura,
asombro, indignación, pena, miedo, alegría. Él es como nosotros en muchísimos
aspectos. Debemos tomar conciencia de que Jesús fue un hombre de carne y hueso.
Gozó y sufrió con la mayoría de las situaciones que a diario nos toca vivir. No
fue una especie de fantasma que se asomó por la tierra.
Ahora
los invitamos a observar la siguiente silueta
de Jesús. Como verán, en un extremo tenemos las palabras Manifestaciones
humanas y del otro lado Manifestaciones divinas. Debajo de las
manifestaciones humanas deben escribir algunos rasgos de Jesús como hombre que
encuentren en las siguientes citas bíblicas, mientras que las manifestaciones
divinas, deben escribir que rasgos divinos realiza o tiene Jesús en estas citas.
·
Citas bíblicas
Ø
Jn
11, 17-36
Ø
Jn
2, 1-5
Ø
Mc
3, 1-6
Ø
Lc
23, 32-35
Ø
Mc
14, 32-42
Ø
Lc
23, 44-46
Ahora los
invitamos a que respondan y reflexionen la siguiente pregunta: ¿Por qué crees tú que Jesucristo es el Hijo
de Dios?
Reflexionamos: En la dinámica anterior afirmamos que
Jesús fue verdadero
hombre. En esta dinámica afirmamos con fuerza que Jesús es también verdadero Dios,
tal como lo hacemos solemnemente cada domingo cuando escuchamos la
Misa desde casa. No es bueno anunciar a Jesús sólo hombre ni a un Cristo que es
solamente Dios. Debemos anunciar a ambos en conjunto, como Cristo hombre y
Cristo divino. En todos los libros del Nuevo Testamento se encuentran
abundantes testimonios de la divinidad de Jesús. La comunidad cristiana,
desde el primer siglo, ha profesado unánimemente su fe en Jesús, Hijo de Dios.
Somos responsables de transmitir esa misma fe a nuestros hijos.
3)
DIOS ILUMINA NUESTRA VIDA
Los
invitamos ahora a leer la siguiente cita bíblica: Mc 6. 1-6
·
Reflexionamos: Jesús
vivió en el pequeño pueblo de Nazareth durante unos 30 años. Esta visita que
Jesús realiza a su pueblo donde vivió por muchos años, se llevó a cabo algunas
semanas después de que Jesús hubo abandonado su pueblo. Desde entonces Jesús se
había dedicado a predicar una nueva doctrina y a sanar enfermos. Esto creó gran
asombro en su pueblo. Los habitantes de allí estaban intrigados por estas
actividades del carpintero a quien creían conocer bien. Lo importante es que
Jesús desconcertó a los nazarenos, en cuanto se puso a predicar por el país. El
Nuevo Testamento nos habla fundamentalmente de Jesús de Nazareth, que es
realmente un verdadero hombre que vivió como todos los de su pueblo. Debemos
destacar que Jesús supo sobreponerse a las muchas dificultades que tuvo, y así
también nosotros, apoyados en Jesús podemos y debemos sobreponernos a las
dificultades. Jesús vivió como nosotros y amó a todos, especialmente a los más
pobres. Jesús fue tan humano, tan cercano a nosotros. ¿Cómo nos acercamos
nosotros a Él?
·
Reflexionamos: La
interrogación realizada por los el Sumo Sacerdote a Jesús en el Sanedrín
ocurrió la noche antes de la muerte de Jesús. Fue llevado al Supremo Tribunal
de los judíos, que era presidido por el Sumo Sacerdote, con el fin de ser
juzgado. Las autoridades judías querían condenarlo a muerte pero este tribunal
no tenía autoridad para sentenciarlo por revolucionario. Por eso buscaron
acusarlo de ofender la religión de Israel. El Sumo Sacerdote le preguntó si era
cierto que se declaraba Hijo de Dios. Jesús contestó que sí, sabiendo que eso
le acarrearía la muerte. Jesús fue condenado por declararse igual a Dios. Toda la
gente que se acercaba a Jesús quedaba fuertemente impresionada por Él. Una de
las verdades más fundamentales de nuestra fe es ésta: Jesús es el Hijo de Dios. Jesús
es el Hijo eterno de Dios que vino al mundo y se hizo hombre. Dios se ha hecho
hombre y nos llama a ser Hijos suyos, no debemos ni despreciarnos a nosotros
mismos ni atropellar la dignidad de otro hombre.
4) RESPONDEMOS AL DIOS DE LA VIDA
a) Compromiso familiar: Observar junto a sus hijos la silueta
de Jesús y las características humanas de Él. Leer junto a ellos, las citas que
hemos visto en el encuentro. Enseñarles que Jesús nació en Belén y su madre fue
la Virgen María
y su padre adoptivo fue José, que celebramos su nacimiento el 25 de diciembre y
que esa fiesta se llama Navidad del
Señor, que José, la Virgen
y el Niño debieron huir a Egipto para escapar de Herodes que quería matar a
Jesús, que Jesús en Nazaret trabajó como carpintero, que era el oficio de su padre,
que Jesús fue igual a nosotros, que Jesús es el Hijo de Dios, que los
cristianos creemos en Jesús como Hijo de Dios y que una forma práctica de
demostrar nuestra confianza en Jesús, el Hijo de Dios, es rezándole todos los
días antes de emprender cualquier actividad.
Oración
final:
Señor,
estoy profundamente agradecido
porque
has sido como uno de nosotros.
Gracias
por darte a conocer de esta manera.
Siempre
me pareció verte distinto, un poco lejos…
Pero
ahora me doy cuenta que fuiste un hombre real,
de
carne y hueso. Un hombre de nuestra raza.
Has
conocido la alegría humana, la amistad, el gozo de compartir y reír
Supiste
muy bien lo que era la pena, el dolor y el sufrimiento.
Recorriste
pueblos, montañas, caminos y ciudades.
Te
dio hambre, sueño, sed, cansancio…
Muchos
se acercaron y te aclamaron;
otros
te rechazaron, te persiguieron y te torturaron…
Subiste
a la cruz sin escándalo y fuiste capaz de morir perdonando.
Señor,
la fuerza de tu amor me impresiona.
Tu
entrega no tuvo límites, amaste todo lo humano:
los
pobres, los desvalidos, los enfermos, los marginados,
los
niños… los buenos y pecadores…
Ahora
ya sé que estás presente en todos ellos.
Te
agradezco lo que hoy me has entregado,
y,
sobre todo, Señor, te agradezco
que
Tú seas mi DIOS
Amén
Los saludamos en Jesús,
José y María
Equipo Parroquia Sagrada
Familia, Guaymallén
ESTAMOS EN MANOS DE DIOS, ESTAMOS EN BUENAS MANO
Fuentes utilizadas:
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