martes, 23 de junio de 2020

Encuentro N°12 - 1° Año PAPÁS


Encuentro 12

(Encuentro 15 del libro)

“Jesús, hombre de oración.”

Bienvenida
Oración: Invocamos al Espíritu Santo
Objetivo:

“Para mejorar nuestra oración, inspirados en las enseñanzas y ejemplos de Jesús”

Miremos nuestra vida: 


Dinámica: Leer el siguiente testimonio de oración:


DIOS ES CERCANO
“Las manos de mi padre, los labios de mi madre, me enseñaron de Dios mucho más que mi catecismo.
En casa rezábamos cada día la oración de la noche en común. Es algo que recuerdo y recordare mientras viva. Mi hermana Elena recitaba las oraciones demasiadas largas para los niños, poco a poco iba aumentando en velocidad, embrollándose, abreviando, hasta que mi padre le decía: “vuelve a empezar”. Entonces yo iba aprendiendo que hace falta hablar con Dios despacio, seria y delicadamente.
Es curioso cómo me acuerdo de la postura de mi padre. El, que por sus trabajos en el campo siempre estaba cansado, después de cenar se arrodillaba, la frente entre las manos, sin mirar a sus hijos, sin impacientarse. Yo pensaba: Mi padre es valiente, el que manda en casa, que es insensible ante la mala suerte y no se inmuta entre los ricos y los malos, ahora se hace un niño pequeño ante Dios. Como cambia para hablar con Él. Debe ser muy grande Dios para que mi padre se arrodille ante Él y muy bueno para que se ponga a hablarle sin cambiarse la ropa.
En cambio a mi madre nunc la vi de rodillas. Demasiado cansada, se sentaba con mi hermano pequeño en sus brazos y todos nosotros muy cerca de ella. Musitaba las oraciones de punta a cabo en voz baja. Lo más curioso es que no paraba de mirarnos uno tras otro, una mirada para cada uno, más larga para los más pequeños. Yo pensaba: Debe ser muy sencillo Dios cuando se le puede hablar teniendo un niño en brazos y en delantal.
Las manos de mi padre, los labios de mi madre me enseñaron de Dios mucho más que mi catecismo. Dios es una persona muy cercana, a la que se habla con gusto después del trabajo.”

¿Qué es para nosotros la oración?
¿En qué momento rezamos y de qué manera?

Muchas veces la personas rezan muy poco, debido al trajín de nuestras vidas diariamente, muchos no le encuentran sentido, ¿para qué orar?, y en ocasiones se lo considera una pérdida de tiempo.
Pero en nuestra vida también recordamos momentos con distintas sensaciones donde ha estado de por medio la oración, ese dialogo con Dios, ya sea para reclamar, pedir, o simplemente alabar y agradecer.
Esa herencia tan linda que algunos hemos recibido, de algún ser querido o quizás entablamos ese dialogo tan esperado por simple interés nuestro, fue enseñado por alguien muy importante, nuestro gran educador de generaciones fue Jesús, por lo que a continuación, vamos a ver como a través de su misión fue nuestro gran maestro en la oración.

Dios Ilumina nuestra vida

Leer las siguientes citas bíblicas y colocarlas en el la columna que crean conveniente:

Lucas 4, 1-13 * Lucas 6, 12-16 * Mateo 21, 22 * Lucas 10, 21 * Marcos 11, 23
Mateo 6, 7-8 * Lucas 22, 42 * Lucas 23, 46 * Mateo 26, 41 * Mateo 6, 5


Jesús hombre de oración
Jesús Maestro de oración




¿Con cuál o con cuales columna/s se identifican?
¿De qué manera se refleja la oración en sus familias?  

Reflexión:
Si quieres que una planta tenga vida, debes regarla. Si deseas mostrar que quieres a una persona, debes decírselo. Si cortas las raíces de un árbol, el árbol se muere. Eso pasa con la oración. La oración es vida para nuestro espíritu y es el medio para decirle a Dios: Te amo.
Sin duda fue el ejemplo de Jesús el que impacto más profundamente a los discípulos y los movió a pedir al Maestro que les enseñara a orar. Querían vivir ellos esa misma experiencia. Los discípulos le hicieron una petición: “Maestro, enséñanos a orar” (Lucas 11, 1-4). Jesús accedió y les dijo: “cuando ustedes oren digan…” y fue ahí donde nosotros recibimos esa herencia tan grandiosa que nos pudo haber enseñado Jesús, “El Padrenuestro”, la oración con la que marcamos un completo dialogo con nuestro padre.
La oración nos permite entrar en contacto íntimo y personal con Dios. Como cualquier relación personal a través de diálogo y trato frecuente se puede conocer y amar a la otra persona, así la oración para el cualquier cristiano es un medio de comunión con Dios donde se le va conociendo y descubriendo cada día.
Cuando ves que tu vida de oración y unión con Dios va creciendo, vas a encontrar que tu humildad, tu caridad y tu fe se aumentan también; estás son las virtudes que necesitas y recibes cuando hablas con tu Creador y Amigo. Lo bueno de la oración es que puedes pedir por otros también, y Dios siempre escucha lo que dices. Lo más importante, sin embargo, es saber sacar fuerzas –para ti y para otros– para escalar la montaña de la santidad sin cobardía.

Respondemos al Dios de nuestras vidas


Explicarles a nuestros hijos que la oración es el modo de comunicarnos con Dios, que Jesús fue nuestro maestro y gran ejemplo de oración.
Reunirse en familia y rezar juntos, proponiendo las intenciones y/o agradecimientos que cada uno crea necesarias y cerrar el momento rezando un padrenuestro.


Cerramos el encuentro de hoy rezando un Padrenuestro.
Señal de la cruz.


Los saludamos en Jesús, José y María. Equipo Parroquia Sagrada Familia. Guaymallén.

ESTAMOS EN MANOS DE DIOS, ESTAMOS EN BUENAS MANOS

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