Encuentro Nº2
(Corresponde
a los encuentros nº5 y nº6 del libro)
JESÚS
NOS REGALA EL BAUTISMO Y NOS INVITA A COMPROMETERNOS
Objetivo: “Nos reunimos para
valorar los dones del bautismo que Jesús resucitado nos concede y para conocer
y asumir responsablemente nuestros compromisos bautismales.”
ORACIÓN INICIAL:
Comentario: este encuentro nos invita a profundizar y reflexionar que el bautismo es el
sacramento que nos regala Dios y que tiene una íntima unión a la resurrección
del señor. Jesús nos quiere comunicar la vida nueva que él ha conquistado con
su muerte y resurrección.
ILUMINACIÓN: Juan 15, 1-5
A continuación anotarán y responderán
en el cuaderno las siguientes preguntas referidas a la cita bíblica:
a) ¿Qué nos llama más la atención
al escuchar este texto?
b)
¿Sentimos hondos deseos de permanecer unidos a Jesús?
c)
¿Cómo nos preocupamos para mantener a nuestros hijos unidos a Jesús?
Meditación:
Quizás nunca lo pensamos pero es así: ¡Nacemos dos veces! La primera, por
el amor de nuestros padres, esta vida “carne que nació de la carne” acabaría
con la muerte sino renaciéramos a la vida plena y eterna por medio del bautismo
(el que no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios)
El bautismo nos convierte en hijos
adoptivos de Dios padre
REFLEXIÓN:
Por amor, Dios creó al hombre a imagen y semejanza suya,
destinado a participar de la propia vida divina. Pero, desde el origen, desde
el “vamos”, los primeros hombres perdieron la felicidad eterna, rompiendo los
lazos vitales de unión con Dios, la única fuente de vida y felicidad. Eso lo
llamamos “el pecado original de Adán y Eva.” Desde los primeros días de su
historia, la humanidad vive lejos de Dios, rechazando su amor y peleándose
entre sí. Si queremos o no, nacemos en un mundo que es reacio contra Dios, y
con una buena porción de Espíritu de rebelión contra Dios en nuestro propio
corazón. Nacemos con el pecado original.
Menos mal que Dios no nos paga con la misma moneda. De su
parte, nunca renunció a la amistad con el hombre, sino nos sale al encuentro
con su hijo Jesucristo: “Así Dios manifestó su amor, envió su hijo único al
mundo, para que tuviéramos vida por medio de él.”
Cuando una familia no tiene hijos, a veces los adopta, dándoles su mismo
apellido y todos los derechos. Convirtiéndonos en hermanos de su propio hijo
Jesucristo, Dios también quiere adoptarnos como hijos suyo. De esta manera nos
devuelve la amistad que se había perdido con la soberbia de Adán y Eva, que
pensaron que podían ser felices sin Dios. Construye un puente sobre el abismo
que el hombre ha creado al rechazar el amor de Dios: “nos quita el pecado
original.” El bautismo nos da la alegría de llamar a Dios “Padre.”
Anotamos y respondemos en el cuaderno:
¿Qué significa: “el bautismo nos quita el pecado original”?
FRUTOS DEL BAUTISMO
La gracia
bautismal es una realidad muy rica que produce variados frutos en quienes
reciben este sacramento. Es muy necesario conocerlos y apreciarlos para vivir
siempre agradecidos y de acuerdo a tan alta dignidad.
Gracias al
bautismo, somos:
Hijos de
Dios: ¿Qué título más
maravilloso podríamos alcanzar? Lo señala el evangelista Juan en su primera Carta:
vean que amor singular nos tiene el padre para llamarnos hijos de Dios y lo
somos (1 Juan 3,1). Y no se trata solo de un titulo honorifico. Fruto de la resurrección
de Jesús, podemos participar realmente de la misma vida divina.
Miembros de
la iglesia: por el hecho
de ser hijos de Dios, somos hermanos unos de otros. No importa cual sea el
color de nuestra piel, o el idioma que hablamos, o la edad o el sexo. En Cristo
resucitado todos somos hermanos y formamos el único pueblo de Dios que llamamos
iglesia. Ningún bautizado puede vivir separado de sus hermanos e indiferente a sus
problemas. Somos miembros del único cuerpo de Cristo, bajo la guía de nuestros
pastores.
Cristianos: este es el glorioso título que recibieron
desde un principio los primeros seguidores de Cristo y con el cual somos
distinguidos nosotros. No olvidemos algo muy simple: la palabra cristianos
viene de Cristo. Se llama cristiano a quien cree y sigue a Cristo. Pues bien,
quien es bautizado comienza ese mismo día su unión con Cristo. Si se trata de
un niño, debe comenzar desde pequeño a conocer, amar y seguir a Cristo con ayuda
de sus padres.
Templos del Espíritu
Santo: el sacerdote,
luego de derramar el agua bautismal sobre un nuevo cristiano, lo unge a continuación
con el santo oleo (aceite). Así destaca la presencia y acción del Espíritu Santo
en su corazón a partir de ese instante. Escuchemos a San Pablo cuando afirma: ¿No saben ustedes que su cuerpo es templo del
Espíritu Santo que habita en nosotros y que hemos recibido de Dios? Ustedes
ya no se pertenecen a ustedes mismos.
Borra el
pecado original: en el
bautismo se nos borra el pecado original además, a los que reciben el
bautismo en la edad adulta, se les borra los pecados personales que pudieran
haber cometido.
“Un día estaba sentado en el Himalaya a orillas de un río, saqué del agua
una hermosa piedra, redonda y dura, y la rompí en pedazos. El interior estaba
completamente seco.
Esta piedra llevaba mucho tiempo en el agua, pero el agua no había
penetrado en la piedra.
Eso ocurre con los hombres, hace muchos siglos que están inundados de
cristianismo, sumergidos del todo en sus bendiciones, viven en el cristianismo,
pero el cristianismo no ha penetrado en ellos. La culpa no la tiene el
cristianismo sino la dureza del corazón. Tienen el corazón endurecido por el
materialismo.
Por eso no me extrañó que muchos hombres de esta Tierra no puedan entender
lo que es Jesús.”
Pregunta personal:
¿Nos hemos puesto un impermeable para que el agua bautismal no penetre
demasiado en nosotros?
Es muy útil recordar la belleza y santidad del sacramento del bautismo.
Pero hay que dar un paso más, sumamente necesario, referente a los compromisos
que entraña este sacramento, para el bautizado, sus padres y padrinos.
Lamentablemente un numero considerable de los bautizados, con el correr del
tiempo, no guardan la fe, no practican sus deberes religiosos ni viven de
acuerdo a sus normas morales. Algunos llegan a abandonar la iglesia.
Esto es muy serio por el hecho de que el bautismo no es solo un don sino, además,
un compromiso que cumplir.
Lectura bíblica: Hechos 2, 37-41
Anotamos y respondemos las siguientes preguntas en el cuaderno:
a)
¿Por qué se sentiría tan impactada esa multitud ante el discurso de Pedro?
b)
¿Qué les exigió Pedro a esas personas antes de bautizarlas?
c)
¿Qué lección nos deja ese texto a nosotros?
DINÁMICA:
Compartir
en el grupo de WhatsApp una foto del bautismo del niño o la niña que recibirá
la comunión y comentar algo de ese momento
- ¿Qué sintieron ese día?
- ¿Qué pensaron?
- ¿Ustedes también se sintieron bautizados?
ORACIÓN FINAL:
Finalmente los invitamos a observar y escuchar el siguiente video:
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